Un producto orgánico es conocido por ser compuesto de ingredientes que no han tenido contacto con químicos o procesos de ionización, ni son artificiales. Esta característica define la gran diferencia entre los productos que consumimos día a día y los beneficios que nos proporcionan. Un producto que no es de origen natural o conocido como orgánico, es alterado o procesado, por lo que no es igual de compatible hacia nuestros cuerpos y hacia la salud de nuestro planeta.
Es de gran importancia consumir productos orgánicos debido a varios factores que son vitales para nuestra salud. Un producto orgánico genera una gran cantidad de nutrientes, los cuales no son alterados por productos químicos, conservantes, colorantes, u hormonas como suelen tener los productos procesados. Los pesticidas son aptos a dejar restos tóxicos en nuestro organismo, que pueden perjudicar nuestra salud en un corto o largo plazo. Por ejemplo, algunas enfermedades como el dolor de cabeza, problemas cardíacos, alergias, o inclusive el cáncer, pueden ser derivados del consumo de productos procesados. Al no tener trazas sintéticas, los productos orgánicos se asimilan mejor en nuestros cuerpos y no tienen incidencias negativas en nuestro metabolismo. Con la ayuda de fertilizantes naturales, estos también presentan una gran cantidad de vitaminas, minerales y antioxidantes, y una mayor calidad en los hidratos de carbono y proteínas.
Algunas otras razones por las que es imprescindible consumir productos orgánicos con más frecuencia en nuestra vida diaria son el mantenimiento de un balance bioquímico en nuestros organismos, fomento del cultivo de variedades criollas y el menor daño a nuestros ecosistemas, promueven el desarrollo de comercio justo, a través de apoyo a productores independientes, la agricultura orgánica consume mucho menos energía y finalmente, al no utilizar productos peligrosos ni alterar alimentos mediante químicos, se reduce la contaminación de las fuentes de agua potable.