Cada año, 8.000 millones de kilos de plástico entran a nuestros océanos, los cuales atrapan a animales marinos, afectan el ciclo de vida marítimo, y por consecuencia, afectan la salud del planeta y de nosotros mismos. Este problema, no solo afecta a la sociedad en cuanto al cambio climático y a la muerte de nuestros recursos, sino también, llega directo a nosotros, contaminando nuestros cuerpos desde que nos comemos un pescado, el cual consumió plásticos o micro plásticos, y entran a nosotros al comérselos, o también, por ejemplo, la sal que consumimos, conteniendo micro plásticos y afectando nuestra salud directamente.
Al buscar una alternativa a este producto que produce tanto daño en nuestro planeta, los bioplásticos se han popularizado y se han reconocido como un cambio positivo a la situación actual. Este bioplástico se refiere a un material hecho de plantas u otros materiales biológicos, reemplazando el uso de petróleo para producir plástico. Desde plantas como la caña de azúcar o el maíz, el bioplástico puede ser producido, aunque sea un proceso complicado y de muchos factores involucrados.
Al enfocarnos en reducir nuestra huella de carbono, el bioplástico tiene un peso vital para mejorar aquello y cuidar la salud de nuestro planeta. Aproximadamente, el 8% del petróleo en nuestro planeta, se utiliza para poder producir plástico, por lo que reducir este valor sería una mejora muy grande para el cambio climático. Al desechar un producto hecho de bioplástico, este se degrada y añaden mucho menos carbono a la atmósfera a que se desecha un producto de plástico convencional porque al desechar un producto de bioplástico, solamente se devuelve el carbono que absorbieron las plantas al crecer.